lunes, 20 de enero de 2014

A trozos

Y como te quiero con cada trozo, puedo decirte que no creí posible que algún día consiguieras que pudiese dormir sin anestesias. Pero me besaste... Corrijo: nos besamos... Y el mundo se redujo a cuatro metros cuadrados de habitación, a tus uñas por mi espalda, a mis miedos en tus labios. Y entendí que el verdadero miedo, tenía tu nombre y se escondía bajo tu piel.
Yo sigo preguntándome cuántos besos he desperdiciado en otros labios hasta llegar a los tuyos. Sigo preguntándome qué ves para quedarte en mi sonrisa cada vez que hacemos el amor. Sigo, sigo, sigo... Porque tú sigues ahí, en mí.

sábado, 11 de enero de 2014

Finales


Puede, pero creo que ya no siento la necesidad de transformarla en palabras. También eso es un problema porque pienso... Y pienso... Y vuelvo a pensar en que en todo el tiempo y el esfuerzo que le dediqué creía que iba en la dirección correcta ¿sabes? Y que a pesar de todo acabaría llegando a algún sitio. Pero resulta que cuando quemé todas las cartas, que fueron unas 100, cuando leo todo lo que he hecho en estos años, todo eso me parece tan... Tan vacío... Tan frío... Y tan... Absurdo... No sé, como mirar directamente al jodido infinito. O al infierno, aun no lo tengo del todo claro.
Pero, lo mire por donde lo mire, simplemente noto que he dejado de sentir la imperiosa necesidad de escribir,
de escribir para ella, aunque sea para recordarla. O para sentir que no me ha dejado o no la he dejado de querer yo. Porque creía que era la única persona en todo el universo a la que iba a querer y que me iba a querer, suponiendo que «querer» tenga un significado para nosotras, cosa que ya dudo, cosa que creo que ninguna de las dos tiene ni puta idea...
No, ya no siento eso, es como si...

lunes, 6 de enero de 2014

Te tengo a ti...

Nunca me había imaginado que alguien me daría algo así. Yo sigo sin saber qué es lo que ves en mí para querer quedarte en mi pecho, a corazón abierto.
Hoy simplemente puedo decir que me da igual que la vida no esté de nuestra parte y que tal vez esto se nos acabe cuando te tengas que ir. Pero me gustaría que supieses las diez cosas que me callo cuando te miro después de follarte con las luces apagadas: me gusta la constelación de lunares que hay en tu espalda y ver como te retuerces por las mañanas.