Deberías poder mirarte cuando duermes. Dormir... joder, a tu lado a veces es difícil. Míralo así... tú duermes y yo te escribo.
Te veo en la cama y me resulta casi imposible no quitar mis ojos de tu cuerpo, acurrucado junto al mío y me pregunto si todo lo que estamos viviendo es de verdad. Retrocedamos a hace unas horas... Entonces en ese momento me abrías la puerta de tu casa, y me besaste como si no nos hubiéramos visto en semanas. ¿Sabes? Me encanta que tus besos tengan sabor a primavera...