sábado, 26 de diciembre de 2015

Caída libre

Existen X canciones que hablan de lo jodido que es que te encuentres a más de dos mil kilómetros de mí. De las veces que te quise y de las batallas que perdí jugándomela por ti. 
Odio esas canciones que hablan de la caída libre que es enamorarse y de la caída libre antes de romperte. Canciones que te hunden más en la mierda o que te salvan de la ostia padre. Joder, hasta ahora solo me has llenado de las primeras y de un montón de cartas que no has leído ni leerás. Cuestiones de cabezonería o miedo o no sé.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Hey colega

Sé que hace mucho que no hablamos, puede que haya mirado poco al cielo últimamente, ya te he dicho que los aviones me están matando. 

Es diciembre y no hace frío en Madrid, vaya locura ¿eh? Todo sigue igual, las luces, la gente, las calles. Hay una panda de locos sueltos que amenazan con explotar el mundo y una masa de políticos que no hacen nada por la gente pobre. Niños jugando en las plazas a ser Cristiano Ronaldo y Messi,

domingo, 6 de diciembre de 2015

Malditos domingos

Déjame decirte que echo de menos sentir mis manos llenas. Llenas de tu cuerpo, de tu calor. Que desde que no estás, la realidad está un poco más gris y hace todavía más frío. Que las dosis de cerveza son dobles y las resacas cada vez peores.
Que te he escrito 30 mensajes diciéndote que estoy en tu puerta, que me abras, que quiero hacerte el amor, pero no he encontrado el valor de hacerlo. Igual que nunca he tenido el valor de volver a escuchar las canciones que bailamos en tu habitación con otra, ni he querido descubrirme en otra cama que no sea la tuya. Que yo no entiendo cómo puedo tocarte sin lanzarme a tu boca, ni cómo voy a olvidarme de tus manías al dormir o tu forma de abrazarme al verme entrar por tu puerta. Cómo voy a volver a mirar a alguien así, dime cómo mirar a otra como si no importase que el mundo es un lugar enorme y oscuro que da miedo, pero en su espalda ya no.
Y mira, que podría alargarme escribiendo un discurso sobre el error que es habernos dejado, pero solo quiero que sepas que sé que la cagué y sin embargo sigo aquí.
Sigo enamorada de ti.

Y estaré enamorada de ti siempre. (Malditos domingos)

lunes, 16 de marzo de 2015

Fieras

Cuando sonríes, me llenas las manos de letras que no recordaba que tenía. Y entonces, deseo llenarte de besos la misma boca con la que me cuentas tus batallitas del día a día, que si Zeus por ahí, que si has pillado a un gilipollas haciéndote la radiografía, que si quedaste con tus amigas antes o que si sólo tenías ganas de verme... pero solo te miro, intentando que mis ojos te digan que...
quiero pararlo todo mientras me acerco a ti y el mundo se vuelve cada vez más y más pequeño.
Te acercas a mi pecho y siento el corazón fuera de control: le haces latir tan rápido, tan fuerte que es como si fuera a estallar cuando tus labios me rozan. Quiero pararlo todo, joder; menos mis manos sobre tu cuerpo, salvo tus labios mordiendo los míos, excepto tu respiración en mi cuello, todo menos eso que nos convierte en fieras si nos tocamos.  
Son las dos y media de la mañana besando tu ombligo, rozando tu piel y en la calle hace frío, pero tienes tus uñas en mi espalda y siento como enciendes mis ganas de quemarme con tu cuerpo si hace falta. Quiero dejar un rastro de ropa hasta tu cama, por si tengo que huir, dejarte las huellas de que estoy en busca del tesoro y no pienso compartir lo que esconden tus piernas. Quiero perderme en el azul de tus ojos para que tengas que venir a buscarme, pero me muerdes y te ríes... 
Joder, ¿cómo lo haces? ¿cómo puedes ser apacible y feroz al mismo tiempo...? Te beso, como si solo yo supiera despertar al lobo, pero te conviertes en Caperucita... «echa el freno, sé que lo necesitas»... y me besas con los ojos abiertos, como si solo tú pudieras ver en ese momento todas las ruinas del incendio, calmándome. O asustándome, ya no lo sé. Sólo sé que me gustan tus labios con sabor a verano, a sol y arena...
Y en ese instante, me doy cuenta de que todo lleva tu nombre y tú me llevas a mí, sin prisa.

viernes, 13 de marzo de 2015

Tengo un plan


Llevo meses tratando de aclararme, tratando de ser coherente. Intentando buscar las respuestas a todas mis dudas. Con una guerra fría entre el corazón y la razón, mientras que esa lucha me reventaba los puntos de todas las heridas. Hasta que el otro día lo comprendí: jamás podré olvidarlas. Una me dio la dirección y la otra
me enseñó el sentido. Una me cambió la vida y la otra acabó con el caos. Una me paró el mundo y la otra lo puso en marcha. Una me enseñó a amar sin frenos y la otra a amar sin miedo.