Sé que hace mucho que no hablamos, puede que haya mirado poco al cielo últimamente, ya te he dicho que los aviones me están matando.
Es diciembre y no hace frío en Madrid, vaya locura ¿eh? Todo sigue igual, las luces, la gente, las calles. Hay una panda de locos sueltos que amenazan con explotar el mundo y una masa de políticos que no hacen nada por la gente pobre. Niños jugando en las plazas a ser Cristiano Ronaldo y Messi,
poetas de medio pelo jugando a hacer poesía, taxis con parejas ansiosas de sexo en el asiento de atrás, y bueno, lo de siempre.
¿Yo? yo sigo aquí, tratando de averiguar quién cojones soy. Todo sería más fácil si estuvieras por aquí. La gente escribe sobre cosas sin sentido y todos llaman amor a la primera que se abre de piernas. ¿Te acuerdas de María? No te ha olvidado. Se ha puesto de moda ser vegetarianos y llevar barba a lo Amish. Tú les deberías enseñar a verse sexy incluso siendo un orco. Es broma cabrón, pero joder, ojalá te viesen. He dejado de aprender idiomas, ¿me odiarás? También he dejado de creer en el amor; me cuesta, sabes. Cuando os miraba parecía de verdad, como el de mis padres. Tú solías hacerlo todo muy sencillo.
Creo que hay demasiadas cosas que no te he contado, pero que supongo que sabes. Con respecto a lo de antes, creo que el amor es un arma de destrucción masiva. ¿Que por qué? Porque ella aún me habla de ti a veces. Está preciosa, pero eso ya lo sabes. Es un arma de destrucción masiva porque me ha hecho saltar por los aires mil veces. Colega, deberías volver y explicarme cosas sobre las mujeres qué no sé y sobre cómo ser valiente.
Sólo me he bebido una cerveza hoy, ¿y tú? Me habría gustado beberme mi primera cerveza contigo y no por ti, menudo cabrón. La peor parte de que no sigas aquí es que ya no puedes escribirme y solo puedo imaginar el sitio en el que estás. ¿Me enseñas a bailar? ¿comemos chino el martes? He conocido a mazo de peña que te caería bien. Comprenden mi locura y lo pasamos putas juntos. Ya no leo tanto, ¿me perdonas? Por mi 23 cumpleaños me han regalado una pluma de bolsillo para que hablemos.
Han pasado seis años colega, joder, ¿te imaginas? Podría haber ido a tu despedida de soltero y pillarnos el pedo del siglo, podría haber leído un discurso el día de tu boda y habría llevado a LA CHICA allí, podría haber sido tía ya. Condicionales, ya ves. Te echo de menos, sabes. Tú podrías decirme quién soy ahora. Soy una egoísta perdona, ¿has ligado ahí arriba, hay tías buenas? ¿sigues jugando al fútbol? ¿por qué no vuelves? Yo sigo escribiendo cartas que nunca envío y hago como que no me duele el hecho de haberte perdido. Miento genial, voy con la sonrisa de arriba para abajo todos los días y cualquiera diría que voy echa pedazos. ¿Sigues hablando italiano? ¿Me cantas? ¿vendrás si un día la encuentro?
Te echo de menos colega, ¿y tú a mí?
No hay comentarios:
Publicar un comentario