lunes, 20 de enero de 2014

A trozos

Y como te quiero con cada trozo, puedo decirte que no creí posible que algún día consiguieras que pudiese dormir sin anestesias. Pero me besaste... Corrijo: nos besamos... Y el mundo se redujo a cuatro metros cuadrados de habitación, a tus uñas por mi espalda, a mis miedos en tus labios. Y entendí que el verdadero miedo, tenía tu nombre y se escondía bajo tu piel.
Yo sigo preguntándome cuántos besos he desperdiciado en otros labios hasta llegar a los tuyos. Sigo preguntándome qué ves para quedarte en mi sonrisa cada vez que hacemos el amor. Sigo, sigo, sigo... Porque tú sigues ahí, en mí.

No imaginé que fueses para mí un atajo hacia la cura. Que te quedases... Pero claro, qué mejor que una enfermera cosiendo una herida abierta. Y aquí estamos desgastándonos la piel, recorriendo mundos, escuchando cien mil canciones que hablan de lo mismo, de la misma, de ti. De tu plan perfectamente elaborado para hacer que te buscase incluso cuando no sabía que te quería. Aquí estamos... Viviendo como en un sueño, uno de esos que no quieres que se acaben. Despertando, pero solo para retrasar el despertador cinco minutos más, para besarte con los ojos medio cerrados aún, para quitarnos poco a poco la ropa, para que acaricies cada centímetro de mi piel, para explorar tu espalda en busca de un nuevo lunar, para colgarme de tus piernas y llevarte de Madrid al cielo, para que anides en mi cuello aumentando mis pulsaciones, para que me hagas olvidar si es invierno, primavera, verano u otoño cuando tu cuerpo se fusiona con el mío hasta tirar por a saber dónde el despertador, hasta que me miras y lo único que oímos son nuestras voces llegando a la cima, hasta que te miro y me siento en casa... Y hemos perdido el despertador, pero ya no me importa si te quedas así abrazándome hasta quedarte otra vez dormida.
Lo bueno de quererte con todos los trozos, es poder conjugar contigo todos los verbos que acaban en -arte.
(Y sí, esto último lo he escrito porque escuchábamos a Adriana Moragues mientras te leía a Mónica Gae).

1 comentario: